Rol de las Oficinas de Transferencia Tecnológica en México y Colombia: Avances y retos
Abstract
Las Oficinas de Transferencia de Tecnología o de conocimiento (OTT, OTRIS u OTC) se han convertido en un instrumento articulador de la política de Ciencia y Tecnología, que permiten generar y ejecutar procesos de crecimiento y desarrollo económico relacionados a la innovación; refiriéndonos a la generación de beneficios sociales o económicos por la comercialización de los productos tecnológicos generados en Instituciones educativas (IES o CI). Por medio de la vinculación entre los diferentes actores que se involucran en estos procedimientos, que en el léxico especializado constituye la triple hélice; es decir: gobierno, empresas e instituciones educativas. Y tanto en México como en Colombia, se hace el análisis ya que existen elementos culturales y organizacionales en los agentes del Sistema de Innovación Nacional que los hace comparables. Se considera de relevancia el análisis de las OTRIS, OTT u OTC ya que en ellas se genera el proceso de transmisión del saber hacer (know-how), de conocimientos científicos y/o tecnológicos y de tecnología de una organización a otra. Se trata por tanto de un proceso de transmisión de conocimientos científicos y tecnológicos para desarrollar nuevas aplicaciones, por lo que es un factor crítico para el proceso de innovación y la competitividad (COTEC, 1999). Este artículo en la primera parte hace un recorrido por los conceptos y modelos alrededor de la transferencia tecnológica; en la segunda parte se aproxima al contexto en Colombia y México; y en la tercera, concluye planteando la necesidad de fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación para impulsar con mayor decisión el proceso de transferencia tecnológica, enfatizando los avances y retos en los dos países. La debilidad en los Sistemas Nacionales de Innovación de Colombia y México está relacionado directamente con el porcentaje del gasto en I + D que en Colombia es solo del 0.24% del PIB, en México es 0.5% del PIB, mientras que en Brasil es del 1,2% y en la OCDE del 2%. Lo que hace pensar que mientras no se destinen mayores recursos a estos campos se hace más complejo el camino hacia el desarrollo económico y la competitividad en los dos países.